Quizá el extremismo
se ha apoderado de mí…
Entre Imágenes y
noticias transcurren las horas y la panorámica se ha nublado por completo.
Ya no sé en quién
creer, y no porque dude de la juventud, del futuro y las ganas de surgir.
Dudo por el descaro,
por la parcialización y la ignorancia que se ha apoderado de aquellos que
deberían hacer lo contrario.
Ya no sé qué es
blanco y qué es negro, porque lo que está bien está mal.
Porque no callar lo
incorrecto es castigado y porque los que gozan de inmunidad, esos que se
quieren adueñar del trabajo que sólo uno puede ejercer, son aplaudidos y cuando
lo que han hecho es abominable, son ignorados por la ley.
Los que deben
proteger, atacan.
Los que quieren
protestar pacíficamente, son apaleados por la realidad.
Porque ahora arriba
es abajo y abajo ya no existe.
Porque sencillamente,
actuar como es debido no es la regla. Hicimos lo que supone una victoria, lo
que haría que fuésemos escuchados… Y lo contrario nos aplastó sin misericordia
alguna.
El cliché más grande
y aborrecible de las guerras ha despertado en Venezuela: La sangre ha vestido
nuestra sociedad de gala, una gala fúnebre que es detestada por los que
conservan un pulso estable y un corazón.
Nos duele a mí y a
todos los que queremos algo mejor… Y esto me lleva a la más confusa de las
interrogantes: ¿Y por qué existen los que NO anhelan lo mejor? ¿Será
conformismo? ¿Ignorancia? ¿Egoísmo, envidia o codicia?
Y allí es cuando me
doy cuenta que, tristemente, lo blanco ya no es blanco, y quizá nunca vuelva a
serlo.
El lamento colectivo
se apodera de los sentimientos. Perdimos colegas estudiantes, y aunque el
corazón se encoje para muchos, la cicatriz quedará para los que los vieron
sonreír antes de luchar.
Ya basta de muertes
en vano.
Basta de codicia y
conformismo.
Llegará el día en el
que todo habrá valido la pena, y aunque no signifique nada para los que
perdieron un hijo, un padre o un amigo, la paz los visitará de una vez por
todas.
Espero ver el día en
el que la luz sea el único camino y que para llegar a él no tengan que partir
más ángeles al cielo.
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