Termina un día largo, te subes al bus de la universidad
deseando tu casa o al menos el pedacito de hogar que te creas en la ciudad
donde estudias, ves que por fin pegas una en el día porque el bus tomó la ruta
corta hasta tu residencia… Y te das cuenta que tu semana ha sido una total y
completa mierda porque te alegras por esa estupidez.
¿No les ha pasado? ¿Que los apabulla tanto una situación, una persona, un día... Algo que los deja increíblemente desanimados?
Raspas el examen para el que estudiaste con ganas, discutes con personas y te terminan tratando como un coleto, te das cuenta que no va a pasar, no ves salida, no ves progreso... Te estancas y con un solo detonante, te quieres ir a la mierda... Un poquito más lejos.
"El bus tomó la ruta corta, ¡SIIIIIIIIIIIIII!"
¿Es en serio? Mi mecanismo de defensa tiene tan poco de donde agarrarse que se alegra por esa real estupidez?
Es que nuestro subconsciente es una cosita hermosa y trabajadora que siempre tiene buenas intenciones y quiere protegernos de un colapso nervioso (Pero la capté Pepe grillo, la capté y ahora me dejaste más desanimada).
Y aunque estén lloviendo caramelos (Que no es la situación, mejor nos referimos a bombas y perdigones que aunque no me rodean ahorita afecta mucho de lo que hago y pienso, gracias la gerencia) Sigues viendo tu alrededor gris y sin esperanza de recuperar color. Ese momento donde se te nubla la mirada, comienzas a ver borroso y las imágenes de tus últimos días destellan frente a tu mente...
(No, no estoy hablando de cuando te vas a morir... Dramáticos)
Sale todo eso que has venido postergando, en lo que no has querido pensar o que Pepe grillo te ha dicho que ignores porque no tienes tiempo para sentirte mal... Y mira, en la ruta del bus te dio chance de revivir.
Mal vale, MUY MAL ESO, PEPE GRILLO.
Ves el precipicio (No es literal, no es suicidio. Es una metáfora) Te da vértigo y al ver el fondo sientes que se derrumba el suelo. Empiezas a caer.
Piensas en los "¿Y si esto no es para mí?", "¿Y si las personas son todas así?", "¿Y si nada mejora?", "¿Y si yo soy la que no sirvo?" Y cientos de interrogantes que se atropellan en tu cabeza formando una golpiza que aturde hasta al más centrado.
"Rock bottom" de los estudiantes, quizá. Guayabo estudiantil, diría yo.
Después de momentos así, lo único que quedan son los amigos... ERRRGGGG, NO. Y no porque no sean amigos, es que su día ha sido peor que el mío.
Entonces lo que quedó fue ahogar mis penas en Pepe grillo... (Sí babe, quedaste tú y más nadie).
Las cosas siempre mejoran, o quizá no están tan mal como parecen, pero a todos nos baja el ánimo de vez en cuando... La cosa es que a mi me da por decírselo a ustedes. Es que ustedes son chéveres y me comprenden, yo lo sé (Y si no lo hacen, no me lo dicen... La amistad perfecta).
Así que por ahora los dejo, sigan pendiente de las noticias, sigan queriendo a Venezuela y cuídense mucho que el país vale cuando tiene vivos para trabajar, no muertos qué honrar.
PD: No les doy una reflexión, una resolución, nada porque sigo a punto de helado y películas tristes... Quizá mañana.
Gnight, little cookies.
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