Cada día es como una galleta. Mi mantra personal quizá, refiriéndose al momento de expectativas que tenemos cuando metemos una tanda a hornear y faltan 2 minutos para conseguir los resultados. Claro, puedes observar desde lo lejos y a través del vidrio del horno a ver qué tal van quedando tus bebés pero el producto final sólo se revela al abrir la tapa.
Ese momento, tal vez decepcionante, o tal vez satisfactorio y hasta gratificante, donde ves los frutos de tu trabajo y cómo se desarrollaron hasta obtener tus preciadas galletas. Todos los días son una galleta, donde cosechaste lo que sembraste, que tal vez pensaste que estaba perfecto, pero al caer la noche y sumergirte en tus pensamientos dices: "Tal vez colocarle ron no fue tan buena idea". Y lo que pensaste en un principio que sería un triunfo seguro empieza a desvanecerse y las dudas se adueñan de tu cabeza.
No todos los días terminan con ésta travesía, muchos caes como una piedra entre las sábanas y otros son días tan simples y rutinarios que el piloto automático continúa hasta el amanecer. Los sueños, tanto los que tenemos despiertos en la clase de estadística o en el autobús y los que tenemos al dormir son los que nos liberan de todo este ajetreo, y nos dicen: "Epa, imagínate con todo el dinero del mundo. Te operas, te compras un carro, un apartamento, viajas, te vuelves Angelina Jolie donando a diestra y siniestra y te sobra para abastecerte de libros y un sin fin de cosas para tus familiares, tus amigos y tu por el resto de tu vida..." y aquí llegas a la parada o la profesora te pregunta cuál es la moda en el ejercicio.
En fin, entre hobbies que terminan volviéndose rutinarios y actividades que con el tiempo no puedes mantener, las distracciones de la vida se tornan cada vez más difíciles de conseguir y por esta misma razón es que yo terminé aquí, tratando de aprender (Aunque no con mucho éxito) cómo llevar un blog, para encontrar ese ingrediente especial que hagan mis galletas más apetitosas con el pasar de los días.
Éxito con el blog Ori!!
ResponderEliminarGracias Gabi!
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