jueves, 11 de julio de 2013

Dramaholics.

Hola, mi nombre es Oriana y soy adicta al drama.
Así se debe comenzar cuando admites que tienes un grave problema de adicción no? Y me refiero a grave porque no es tan obvio como el alcoholismo o la drogadicción... No. Aquí la cosa es más sutil cuando no has llegado a un nivel psicótico. Pasa desapercibido porque no te das cuenta! Sigues enfrascándote en situaciones sin futuro, en imposibles y se lo atribuyes todo a la mala suerte.
Pero, de verdad será así?
Esa es la pregunta clave, porque es cierto que muchos contamos con mala suerte, (Que además se puede sumar a la adicción al drama y lo hace todo peor... Pero eso es otra cosa) sin embargo, puede no ser así. Esas malas decisiones, malos resultados y experiencias pueden venir de tu interior, que las mantiene así para mantener ese toque emocionante en la rutina.
En mi opinión, a todos nos gusta una pizca de drama en nuestras vidas, le da sazón y despierta un interés. Pero se vuelve peligroso cuando es lo único que forma tu presente y tu pasado... y, lets face it, viene previsto en tu futuro también.
El equilibrio es lo primordial y tenemos que darnos cuenta de esos detalles que alteran ese estado: Siempre te gusta un imposible, siempre quieres lo que no puedes tener, quieres más y no puedes lograrlo (Y te lamentas a cada rato por ello), Escuchas un problema y corres a resolverlo aunque no tienes nada que ver allí... Muchas cosas que dejamos pasar y que de una en una denotan una conducta normal pero al verlas todas en un cuadro encontramos la causa del estanque interno: El drama que no te deja avanzar.
Yo personalmente me considero una adicta al drama en el amor, porque siempre quiero lo que no tengo, y cuando lo tengo ya no lo quiero Y NO QUIERO QUE SEA DE NADIE MÁS. Soy toda una Sofía Loren en el ámbito amoroso, pero espero estar en el borde de la cordura sin pasar esa línea que me lleve a consultas semanales obligatorias con el psicólogo.
Postdata: No soy psicólogo, ni sé nada de psicología, ni me la quiero dar de psicólogo porque NPI. Admiro mucho esa gente que te entiende aunque no te entiendas tú mismo y no pretendo hacerme pasar por uno de ellos. Esta conclusión a la que llegué viene patrocinada por mis vacaciones sin ocupación y John Katzenbach que me puso a pensar con su "Historia del loco". Quizá necesite de un psicólogo urgentemente pero como el uso de la sierra eléctrica no ha salido de mis pensamientos y comentarios entonces la cosa está relajada.
Si escuchan el sonido de una sierra, no se escondan... Corran.

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