viernes, 28 de noviembre de 2014

Black Friday

Sí, viernes negro. 



No estoy hablando de los descuentos en Estados Unidos ni nada por el estilo (Aunque debo admitir que entré a Amazon y me dieron ganas de llorar los precios). 

No, estoy hablando de otro de los fatídicos desenlaces de mis días en mercurio retrógrado (Sí bueno, eso del horóscopo no es tan para mí... Pero estoy comenzando a tenerle miedo). Y es que las cosas, como esperaban ya con un título tan oscuro, no van muy bien :)

Sí, estoy tratando de ser positiva :)) No van muy bien :))) No :))))))))))))))))))))

Vamos a contarles un poquito sobre mi odisea tortuosa últimamente para que se rían un rato del destino y sus ironías:

Primero - Paso un muy mal rato por un muy mal desplante de una amiga... MUY MAL.

"Relajado vale, son cosas que pasan y no lo hizo a propósito":

Segundo - Paso por otro desplante casi igual con otra amiga una semana después :)

"Sonríe, no pasa nada".

Tercero - Y este lo voy a explicar un poquito más porque me temo que con los otros dos no me quiero meter, los quiero enterrar:

Desde inicios de año universitario me di cuenta que una materia me las iba a jugar. No, no hablo de Farmacología (Que les tengo que echar ese cuento y del por qué borré mis 3 posts que tenían que ver con esa materia), tampoco es fisiopatología (Aunque no sé, es hora de que entregue las notas profe, gracias) ni parasitología (Aunque un parecido con mi mamá por parte de la profesora me dio un escalofrío desagradable que no se tornó en nada malo, al menos).

No eran ninguna de estas. 

Les hablo de preventiva.

Sí, JAJA, Preventiva... Quizás suene un poco descabellado al darte cuenta que no es una materia filtro y que los temas son bastante fáciles pero no contaban con la presencia de mi BELLA profesora. 

Sí.

Una diferencia pronunciada de religiones, de opiniones políticas, de maneras de ver la vida, de respirar, de existir... DE TODO se desencadenó en cuanto a esa profesora y supe que los problemas venían. Y se intensificaron aún más cuando me puso 2 en un examen porque "TIENES TODO BIEN PERO NO ES DE MI GUÍA ENTONCES ESTÁ MALO".

Sí, sigo teniendo tics involuntarios en el ojos cada vez que recuerdo eso... Debe ser un infarto en proceso pero se calma, a veces.

Entonces me di cuenta que la vaina iba mal y me puse a estudiar. Hice guías (Con resaltador y todo), dejé de estudiar materias más importantes por esa y lo intenté, entonces me quedé confiada a esperar mi nota.

No esperaba un 9 ni un 7 ni siquiera pero confiaba en mi 6 seguro.

ERGGGGGGGG, ERROR.

Lean bien mi nota final porque yo no la creo: CINCO CON CUARENTA Y OCHO.

5,48... Tomando en cuenta que la materia se pasa con un 5,50. O sea que no la pasé :)

NO PASÉ PREVENTIVA CON UN 5,48 :)))))))))))))))))

Quizás no fue tanto el altercado con ella, ni la asquerosidad de los temas, ni que la nota me iba por debajo del promedio (Que sería de 8 tirando a 9 obviando ésta materia), ni que me quedara ni siquiera.

ES QUE LA HUMILLACIÓN DE LA IMPOTENCIA NO SE IGUALA CUANDO LA MATERIA TE QUEDA CON CINCO CON CUARENTAAAAAAAAAAAAAAA Y OCHOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.

Así que no me quedó más de otra que prepararme para recuperar :) porque al menos tengo eso, no reparo, sólo recupero dos lapsos :))))) Sí, mente positiva :)



Y aquí viene la cereza de la torta para este mes de ironías dignas de un pesimista dedicado al stand up comedy:

Se quemó mi iPhone :)

Sí :) El sueño de mi vida (Un sueño burda de pobre y superficial pues pero sueño al fin) Se cumplió éste año y PUFF! Una extensión malditamente defectuosa y un cortocircuito desgraciado me lo quitaron... Para siempre (Sí pues, se quemó quemadísimo).

HASTA AQUÍ FUE,

Salí desconsolada del técnico, con una sensación tan hijo de puta que ni siquiera podía describir, y me subí al carro a llorar.

Lloré como una estúpida y el chamo de los teléfonos debe haber pensado que era una balurda superficial, pero no me molestaba eso... Él no sabe la pila de mierda que me ha estado cayendo desde hace bastante,,,

Mi paciencia se quiebra, escucho a mi mamá desde el lado del conductor "Pero quédate tranquila, vamos a comprarte uno" (Sí mamá, eres un sol pero no te voy a hacer eso) y listo, exploté, otra vez.

¿Desde cuando mi vida se convirtió en esto? Acumular y explotar, acumular y explotar...

No lo sé, pero al parecer ya se volvió rutina. 

Y bueno, esa explosión obviamente no era sólo por el iPhone... Esa maldita materia frustrante me quería arrebatar muchas de las cosas con las que siempre había soñado, esas amistades que cada vez me halan más para el lado de "Me sabe a mierda la gente, me amo a mí y a más nadie" pero me rehúso porque me gusta ser una positiva empedernida... En el fondo pues. Esas cosas que pasan y pasan y no me dejan gozarme los momentos buenos como son, coño de pana? Ni uno solito me lo puedo gozar como es? Esa sensación frustrante cuando todo se acumula... Y SI BUENO, COÑO. MI IPHONE, NOJODA.

Me dirán ahora "¿Ajá y a mi que me importa?" Y tienen razón puej, no les importa pero sigo como siempre contándoles mis penas y alegrías, porque se que por ahí siempre existirá uno que goza con ellas.

No tengo comunicación con nadie, no puedo contactar con muchas personas porque el único sitio donde tenía todo eso era mi teléfono... Y se murió. 

(Sí, nena, acéptalo)

Murió, Is gone, Finito, Adiós.

Lo único que me queda ahora es la mejor alternativa a la que puedo recurrir y la que siempre me ha salvado: TODO VA A MEJORAR, TODO VA A ESTAR BIEN, LO QUE TE PASA NO ES TAN MALO, AGRADECE QUE ESE ES TU PEOR PROBLEMA, RESPIRA. 

Y así.

Los dejo por hoy. Me voy a escuchar algo de Pablo Alborán y a estudiar preventiva... Recupero el lunes. Deseenme éxito que yo se los deseo siempre a ustedes.

Vendrán tiempos mejores. 

Buenas Tardes casi noches, galletitas.

PD: Los dejo con mi último recurso para el ánimo.



viernes, 14 de noviembre de 2014

El que mucho se despide...

... Es porque no se quiere ir.


Ya sabrán que desde hace mucho tiempo he ido dando avances melancólicos por la recta final de mi primera etapa universitaria.

Estudio en una universidad donde las uñas son el mayor recurso propuesto por su directiva (Sí, en esa vaina se trabaja, estudia y se resuelve con las uñas porque no hay plata, profesores, estructuras decentes, aire acondicionado y apenas existe el hospital) así que al ser estudiante de medicina, queda la penosa tarea de "elegir" un hospital donde puedas capacitar el resto de tus clases (Más bien dar una opción y esperar que no te manden al coño lejos de allí).

Quizás no suena tan malo, eso te permite volver a tu casa o cerca de ella, o irte a un lugar nuevo que quieras conocer (Si la demanda de cupos lo permite), pero eso implica una de las cosas más difíciles que deseaba con toda mi alma que sucediera en primer año, que me parecía bien en segundo año pero que en este preciso momento, cuando el teórico de tercero terminó y ya no queda más tiempo ha sido mi peor pesadilla: Irme.

Sí, la Yo de hace 3 años estaría sorprendida porque su odio hacia esa ciudad y universidad era implacable... Pero observa pequeña, las cosas cambian.

Por supuesto que un lugar es horrible al llegar si estas solo, tienes que aprender a vivir solo y no conoces a absolutamente nadie. Pero esa situación cambia cuando te independizas y haces amigos.

La asamblea mental ha tomado una decisión unánime estos días y es la de odiar demasiado a la yo actual y extrañar a esa de primer año, la que odiaba la universidad y el hecho de tener que esperar años para dejarla, y todo por el simple hecho de que la yo de ahorita NO SE QUIERE IR.

No porque adore estar lejos de su familia y amigos de infancia, no porque San Juan sea la ciudad en potencia a punto de tumbar a Nueva York en su ranking de genialidad ni porque la universidad sea tan confortable que no quiera dejarla (40 grados el clima, sin aire acondicionado... Podrán comprender).

Sino por tener que dejar a lo que hicieron que la yo de primero cambiara radicalmente su opinión: La familia de San Juan.

En la universidad es muy extraño observar que los grupos se mantengan, la mayoría se va desintegrando con el tiempo y cuando te das cuenta, ya quedan solo 1 o 2 de los originales... Pero ese no fue mi caso.

Nos fuimos integrando desde primer año donde poco a poco cada uno fue encontrando su lugar y ya para segundo éramos inseparables. 

Pasó como todas las cosas bonitas e impredecibles suceden: Sin darnos cuenta.

Puedo empezar a rememorar los momentos que nos hacen parecer más viejos, porque son los recordamos cada vez que podemos: Margarita, Barinas, Sabor Oriental, Valencia, El día de la disco y la redada policial... Pero esos momentos son precisamente para eso, para recordarlos cada vez que una cerveza se cruce por nuestros caminos.

Los momentos que me han puesto nostálgica y que más voy a extrañar son, sorpresivamente, los otros... De los que no me acuerdo todos los días, porque son tan comunes que no los tomo en cuenta.

Las reuniones para "estudiar", las esperas entre horas de clase, sentarme en las últimas filas, que me manden a callar por fastidiar a Leo y a Rafa, las trasnochadas para estudiar con Yeni, las cantadas con Mari, las peleas de compañeras de cuarto con Ange, los almuerzos en la residencia de Divi, los abrazos de Keylier... Todas esas nimiedades cotidianas que no tomaba en cuenta porque nunca pensé que me iban a faltar... Y que ahora que me vine y que estoy empezando a asimilar que no voy a volver, son las que más extraño.

Les agradezco mil veces, mil años por todo lo bueno y lo malo. 
Por los desayunos, almuerzos, cenas con Yeni y Ange, mis súper compañeras de cuarto.
Por las cantadas en el kareoke (El improvisado en la residencia y el de verdad) con Mari, 
Por las conversaciones (Que no eran muy frecuentes y que quizás mi cerebro recuerde más de las que de verdad fueron) con Rafa, 
Por la paciencia de Leo (Sé que no fue fácil soportarme).
Y por todos los demás, que tuvieron su partecita para hacer de San Juan un hogar para mí.

No tengo la necesidad de seguir recordándoles esas cositas, porque ellos las vivieron tambíen. Los extrañaré como nunca, no porque vaya a ser la última vez que los vea (Esto va para rato), sino porque la balanza cambió, y ya no seremos los mismos todos los días.

Ya mi maleta está desempacada lejos de ustedes, la maleta más difícil que he tenido que hacer y deshacer en mi vida, pero todo esto se veía venir no?

Espero con toda la sinceridad del mundo que cada uno de ustedes sigan el camino brillante que llevan, que terminen siendo los médicos más exitosos de Venezuela porque se merecen eso y más. Que en un futuro sus números estén en el discado rápido de mi teléfono porque sé que no podré encontrar mejores colegas para consultar que ustedes. 

Ya llegó el momento de asumirlo y aprenderlo a llevar. Ya no tengo más que decirles, porque mi infinito agradecimiento y cariño va más allá de las palabras. Siempre estaré para ustedes.

Atentamente, la Oriana actual.
Ahí les dejé café.