viernes, 7 de marzo de 2014

El sabio espectador

Comenzaré con una interrogante que me tiene la vida gris desde hace mucho tiempo: 

¿Por qué coño será más fácil encontrar soluciones para los problemas ajenos y para el pendejo que vive aconsejando a los demás los problemas se vuelven una masa de telaraña imposible de desenredar que actúa como una boa constrictor y aprieta, y aprieta hasta el punto en que NO SE PUEDE RESPIRAR Y LO ÚNICO QUE QUEDA ES LAS FRUSTRANTES GANAS DE GRITARLE A TODO EL MUNDO AUNQUE ESO NO RESUELVA NADAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!?

(Sí, vine en son de paz hoy... A la paz de la que ha hablado Maduro todos estos días, me refiero)

Si he conocido personas con mayores problemas, si he visto peores situaciones, si antes he pasado por cosas peores, si he observado catástrofes en otras vidas... ¿POR QUÉ YO NO PUEDO CONSIDERAR EL PRESENTE FÁCIL? (Y hablo en primera persona porque no quiero generalizar, aunque sé que muchos han pasado por eso).

Gente sin comida, gente con hijos muertos, gente amputada, enfermos terminales, huérfanos, con discapacidades, gente amedrentada por otros, en bancarrota, secuestrados... Y yo sigo preocupándome por banalidades de la vida, que delante de las situaciones del país, o delante de las barbaridades que pasan otros para sobrevivir son cachetadas morales para la sociedad.

¡Se los juro! ¡LO JURO! Yo no quiero pensar en el examen, en que me gusta, en que no me gusta, en que si me voy en autobús, en que no quiero cocinar, en que quiero un trabajo donde pueda escribir y que me paguen (ATENCIÓN AQUÍ... ¿Ven que no puedo controlarme?) ... PERO NO SOY YO, LO JURO, Es la egocéntrica de la asamblea mental que me precede y no puedo hacer nada para controlarla.

Porque con gente muriendo en protestas, con heridos por injusticia quisiera amarrarla y que no salga nunca más a decir estupideces acerca de ella misma. Pero es escurridiza y el "YO QUIERO, NO PUEDO, NO DEBO" Se apodera de mis pensamientos mientras la encargada de bañarme de culpa abre el chorro de agua fría y me deja con una sensación nauseabunda de "Me enfermas chama, de pana. Deja de pensar en ti".

Los problemas ajenos siempre se presentarán ante mí como las clases de matemáticas del colegio:

Lo que enseña el profesor (Los problemas ajenos y mi manera de encontrarles solución) 6 x 8: 48.

Lo que aprendo (Lo que tomo como consejo personal) 2 +2 = 4.

Lo que va para el examen (Mis problemas) 1423698709754 x 0965704957340 +5346 = ?

Resultado de ambos: RASPADA. ADIÓS. NO, CHAO.

Y es que quizá esa es la regla general: "Si el problema no es tuyo, mil soluciones vendrán a tu cabeza". Ahora espérate a que te toque el mismo problema para que veas que todas esas respuestas y soluciones se irán tan rápido como todo lo que estudian los que aprenden al caletre. 

Aquí fue donde pensé en otra solución: "Si tu no sabes nada de ti y crees saber mucho de los demás, pregúntale a alguien más que quizá no sepa mucho de él pero crea saber bastante de lo que te pasa"

ERRRRRRG. Error otra vez.

Pude darme cuenta de otra cosa: Nada de lo que dicen los demás termina de convencer en lo necesario de la solución adecuada a personas que piensan como yo, que sus problemas son una vaina muy arrecha (Y no lo son... NO LO SON), así que llegué al principio de mi incertidumbre y lo único que me queda es dar una conclusión al respecto:

A menos que seas una persona demasiado centrada y consciente de todo lo que pasa en tu vida y alrededor, las dudas y los problemas personales te van a martillar la cabeza a pesar de lo que pase en tus cercanías, y aunque estés claro que es horrible pensar en ti mismo y la culpa te desmorone cada vez que veas que muere otra persona en protesta, la fastidiosa y psicótica parte egocéntrica de tu subconsciente te va a rondar.

No me queda más que pedirle a Pepegrillo que tome las riendas de la asamblea mental, calle a la egocéntrica, apacigüe a la culpable y despierte a la que razona cada vez que le cuentan un problema que no tiene nada que ver con ella.

Buen día, galletitas. 







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