domingo, 22 de marzo de 2015

Hoy les voy a escribir porque mi mamá me hizo sopa de pollo

Tengo varios días buscando una excusa para volver con ustedes, pero sinceramente, ninguna daba la talla y los estaba extrañando.

No crean que les voy a hablar de la sopa de pollo de mi mamá (Que sabía a gloria, lo poco que pude saborear... Gracias gripe) pero cuando por fin mi mamá se apiadó de mí, después de un mes de estar rogando a toda mi familia por una sopa especita de lo que fuera, me dio tiempo de pensar.

Podría hablarles de mi fiebre por mis primeras rotaciones en el hospital (Aunque no es mucho lo que me dejan hacer todavía y nos llaman esclavos o se burlan porque nos "ponen a pagar plantón"), pero creo que para muchos no es un tema muy interesante.

Podría comenzar a hablarles de ciertos acontecimientos que han sucedido por allí en esa misma área, pero eso no tiene cabida tampoco.

Podría hablarles de mi gripe horrible y espantosa que me atacó en el segundo que entré a mi casa y me hizo correr a mis amigos porque no podía mantenerme en pie, pero eso tampoco tiene mucha relevancia.

Podría hablarles de muchas cosas, pero últimamente la mayoría de ellas no tienen mucha relevancia para alguien más que no sea yo.

Y recordé el efecto spotlight.

La sopita caliente despertó el 30% de mi gusto (Un 25% más del que gozo desde el viernes) y mis neuronas también.

Hace un tiempo logré escribir varias piezas para una página virtual, y entre esas piezas hay una que salió del fondo de mi cerebro hoy: El efecto spotlight.

Allá tenía que ser la decente, que no dice groserías ni nada de esas cosas, pero aquí no así que lo voy a explicar con todo el gusto que puedo percibir todavía sobre esa idea.

El efecto spotlight no es otra cosa más que el ego que nace con todos desde que nacemos y permanece con nosotros hasta que morimos. Hasta el más zen, desinteresado, altruista, bla bla bla sufre del efecto spotlight y unas teorías locas por ahí dicen que esto se debe a supervivencia, cosa que no parece tan descabellada cuando conoces el concepto pero quizás están un poco perdidos porque me desvié un poquito del tema y no terminé de decirles lo que es, así que aquí voy.

El efecto spotlight es el ego que nos hace pensar que todo lo que hacemos o nos sucede es mucho más relevante de lo que es para el resto del mundo. Es el mismo que nos hace creer en el destino y en que todos estamos en el mundo por una razón.

Los conceptos religiosos y esas teorías metafísicas de las que no conozco mucho también tienen mucho que ver con este ego, ya que todas ellas dictan que tenemos importancia para el mundo, para los que nos rodean y que la vida como tal no sería la misma si cada uno de nosotros no realiza su papel en el mundo.

Bastante heavy no? Pues si, pero el efecto spotlight es más que eso. O menos en este caso.

También tiene que ver con la relevancia que creemos que tenemos en las personas que nos rodean con las pequeñas cosas que hacemos, les doy un ejemplo:

Salí de mi casa y se me manchó la camisa con el café. No puedo devolverme porque se me hizo tarde y tengo que pasar todo el día con la mancha de café... Aquí es donde entra el efecto spotlight.

"Dios mío qué vergüenza! cómo voy a llegar así?"

"Todos van a pensar que soy una desaseada"

"No puedo pasar todo el día así"

Y cantidad infinita de pensamientos que tenemos en cuanto a pequeñeces que, lets face it, una o dos personas lo notarán y lo olvidarán en cuestión de minutos, y el resto simplemente la verán y pasaran de largo o siquiera no la verán.

Interesante el papel que juega nuestro ego no? Así pasa con muchas cosas que la mayoría no notamos como tal, pero que suceden todo los días.

A menos que seas Jennifer Aniston o George Clooney, las pequeñeces no importarán y sin embargo, cuando eres parte de ese 1% de la sociedad, las noticias terminarán lavando esas marcas hasta que cada cierto tiempo un host de la TV lo recuerde por dos minutos, sea usado como chiste en un stand up comedy y termine desapareciendo por una buena vez.

Ahora digo yo, de verdad somos relevantes para el mundo?

Como todo ser humano me gusta pensar que sí, que por lo menos algunas personas se entristecerían con que yo me vaya, que otras notarían mi ausencia y que la mayoría no, pero eso está bien.

Pero y si yo nunca hubiese estado? Aquí cambio radicalmente mi posición.

El que nunca estuvo, no hace falta. Y sencillamente porque el mundo como tal funciona como un hormiguero. Los que están tienen su trabajo, los que no, no se necesitan. Algo simple, but kind of scary.

Así que la próxima vez que te tropieces entrando a un evento de etiqueta, que digas una estupidez a alguien, que te pongas la camisa al revés recuerda: No lo notarán tanto como crees.

PD: Véanse este video, está demasiado bien. Rosa, pero bien.



Buenas tardes, a 6 minutos de ser noches, galletitas.






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