domingo, 8 de marzo de 2015

Es que me encanta hablar

Ya va, déjenme ambientarme con Adele y la canción que nunca me ha fallado cuando no sé ya ni qué decir: Chasing Pavements.

Si nena, te necesito en repetición.

Se preguntarán por qué, no? O quizás no, pero igual se los voy a decir.

Como muy bien saben, tengo bastantes peculiaridades en cuanto a la expresión y la manera en que enfrento los problemas.

Si son mis problemas no los enfrento, los entierro y los dejo allí abajo hasta que llegan más y los van dejando al fondo convirtiéndolos en un simple fondo de fondos.

Si alguien me pregunta qué debe hacer en cuanto a los problemas, le digo todo lo contrario: Háblalo, la comunicación es lo mejor.

Y si es de expresarme, vengo aquí.

Y no, no trato de ser sarcástica o hipócrita al sugerir esto ("El burro hablando de orejas" es más mi caso) pero lo hago con una base muy importante: Sé exactamente lo que se siente y lo que pasa cuando se entierran los problemas. 

Son como zombies o fantasmas en las películas de terror, no se van a morir pues y después que los entierras inapropiadamente lo más probable es que se molesten y vuelvan a la superficie a morderte el culo.

Así que por eso aconsejo hablar, comunicarse. Ven? No soy tan mala.

Hasta ahora el sistema del burro me había funcionado, hasta que se me ocurrió una brillante idea.

"Y si yo lo intento?"

No sonaba tan mal y había un tema bastante inofensivo (Eso pensaba) con el que me pareció interesante comenzar. (no les voy a decir de qué se trata).

Ok, manos a la obra.

Al principio (Cuando no lo había aplicado), se veía tan beneficioso hablar sobre la pequeña espina que me estaba molestando desde hacía unos días, sobre todo porque el otro afectado goza de bastante confianza, que me hizo pensar que todo seria muy fácil. Y ahí estuvo mi error.

Claro que es fácil, para los que lo hacen todos los días.

Obviamente no supe como actuar y empecé a vomitar verbalmente. Después de que dije lo que tenía que decir y que me di cuenta de que había dejado al otro afectado en WTF? Me relajé, pero era tarde pues ya la había cagado. En ese momento me di cuenta de que fue LA COSA MÁS ESTUPIDA QUE HE HECHO EN MI VIDA HABLAR DE ESO. 

Primero porque no tenía solución porque en realidad no era un problema. Segundo porque era estúpido e insignificante, le di más importancia de la que debía y tercero, porque las cagué horrible.

No les voy a contar lo que pasó en medio ya que sinceramente yo no quiero recordarlo pero les voy a dejar varias conclusiones que salieron de mi brillante hipótesis y mi experimento fracasado:

A veces hablar de las cosas no es lo mejor.

Las dudas parecen más inofensivas en la mente.

A veces la confianza no evita que la incomodidad nos meta un coñazo.

Hay cosas que simplemente se tienen que quedar como están porque hablar de las mismas arruina todo, y más aún si ya se tiene conocimiento de ellas.

No se discute lo que no tiene ni necesita solución.

Hablar de los problemas puede hacerte creer que ciertas cosas tienen más importancia de la que en realidad tienen, o hacerte creer que algo es aún más de lo que en realidad es.



Creo que podría seguir bastante más pero ya entendieron la idea. I'll leave you alone for today, little cookies.

PD: Seguiré aconsejando la comunicación, no insistiré con los que no están acostumbrados a ella.

PD2: Espero que se le olvide pronto y no siga incómodo.





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