lunes, 27 de abril de 2015

Perdona si te llamo amor

Hoy... Hoy fue un buen día. 

Hoy después de todos estos días de novela mala de venevisión por fin tuve un pseudo respiro.

Federico Moccia y su "Perdona si te digo amor"

Esta historia melcochosa se metió en mi biblioteca hace tiempo y me enamoró mal de Alessandro Belli, el hombre más sexi que ha pisado las hojas de mi repisa, que las manchó de flores y caramelos y que se pegó como una reducción de papelón a mi estereotipo de hombre perfecto: Es real, es boberto es bello, tiene todo lo que toda mujer quiere y lo más importante: Todo lo que yo quiero, incluyendo la edad.

Uno de los ganchos de esta historia es la diferencia de edad en el amor: 17, 37... Bastante verdad? Aunque para mí esos niveles no son nada alarmantes. La mayoría del tiempo eso equilibra muchas cosas y quizás debido a mi opinión es que las canas no han sido expulsadas de mi lista de quizás.

En fin, Alessandro vino a alegrarme el día, hasta que se acabó. Muchos sabemos que la noche tiende a jugarnos jugarretas mentales y hoy el horario de trabajo de Morfeo hizo de las suyas con la creatividad de mis retahílas frecuentes. 

Pienso, pienso, pienso... Y de tantas conclusiones bonitas y no tanto viene la que debería haber golpeado a mi puerta hace bastante, que en realidad conocía pero que no tomaba en cuenta y me pegó un tortazo cuando mi cabeza comenzó a reproducir sin control la clave de todo: All you need is Love.

Los Beatles siempre saben lo que hacen.

All you need is Love? It is, it is All I need, All I've always wanted and All I've search for my life. Love is what moves the floor, the thing That makes flowers grow and hearts be sell like bread in Valentine's day. Loving family, friends, God, things, animals... You might not Believe in other people believes but you always going to have someone, something That makes life worth the while.

Y ese que tiene Federico Moccia en esa historia, es el único que me falta.

Buenas noches, galletitas.

PD: Consigan esas películas o libros. Les van a gustar, de verdad.

martes, 14 de abril de 2015

That is just not my Kind of thing

Dejaré de disculparme en cada post por irme, admitiré que soy una persona poco comprometida con mi blog pero que igual lo quiero mucho.

Últimamente han pasado muchas cosas, bastante acontecidas pero que realmente no he querido rememorar. Bastantes buenas, otras no tanto, otras bastante ballbreakers pero ninguna que no se pueda resolver. 


Un poco de sangre y moretones salieron de la cruz roja (En mi curso donde me certificaron, no me lo dieron en tucacas, gracias), algo de sol y playa (Justo y necesario), un seis punto cinco que no deseaba pero que sucedió, varias discusiones que no quería que sucedieran y en fin, al final todo se equilibra y las cosas no las puedo considerar como Malas. Todo va bien. 


Tenía tiempo sin venir por acá porque aunque acontecida, mi vida no ha tenido nada que yo QUIERA rememorar. Quizás volví porque últimamente no tengo con quién hablar, porque me cansé de forzar que me quieran, porque mucho ha cambiado y porque quizás por ahora, ustedes son lo mejor.


Hoy entre sushi y remordimientos de pobreza al ver ropa bonita, me lanzaron un artículo por ahí (Quizás para animar mi cara de desgano), y me gustó bastante. Bueno, a una parte de mí , a la otra le gusta pensar que es pura mierda de pantalla para sentirse bien y quizás ella tenga razón pero la amarraré un rato y me quedaré  con mi amiga la reconfortante, porque a veces es bueno que te digan que todo está bien. 


Se los dejo por aquí, a ver que opinan uds porque mi ambigüedad nunca dejará que considere esta opinión como buena o mala, siempre será parte de las dos cosas:




Me tomó bastante tiempo darme cuenta de la razón. Y era bastante simple, casi para reírse.

Me han repetido una y otra vez que el amor verdadero debería de ser mi prioridad número uno en la vida. Me he visto condicionada a aceptar y creer que debo experimentar este amor, pero que todavía no estoy lista para ello. Todo con la esperanza de que llegue alguien que me diga las palabras mágicas.

Nunca he experimentado lo que se siente cuando una persona te confiesa su amor eterno. No es que nunca me haya enamorado. Es más, me he enamoré hasta la última fibra de mi ser. Pero nunca nadie se ha enamorado de mí. Nunca me ha pasado que alguien haya hecho algo tan romántico para mí, que haga que tiemble. 

Me tomó bastante tiempo darme cuenta de la razón. Y era bastante simple, casi para reírse. Nadie se ha enamorado de mí porque no soy el tipo de mujer de la que te enamoras.

Probablemente sea esa mujer que respetas, o esa mujer a la que admiras. O la mujer que te gustaría encontrar en casa cuando llegues del trabajo. Soy esa mujer que te obliga a cuestionar perspectivas con las que has estado viviendo por años. La mujer a la que miras y te preguntas: ‘¿Cómo hace eso?’ La mujer que buscas cuando necesitas fuerza y apoyo. 

Soy complicada. No puedes simplemente tomar mi amor y empaparte de él. No, también tú tendrás que ceder, y eso te costará. Puede que decidas marcharte de mi lado porque encontraste a una chica que te satisface en vez de una mujer que te haga pensar.

No soy la mujer de la que te enamoras. No soy la chica con la que quieres pasar horas simplemente mirándola. Esa chica que es tan delicada, que te dan ganas de pelear contra el mundo por ella. No. Soy fuerte, tozuda y peleona. No voy caminar detrás de ti, voy a caminar contigo. Voy a empujarte tanto -o más- de lo que me empujo a mí misma.

No soy esa mujer a la que tienes que proteger, porque no soy tan frágil como para romperme. Estoy endurecida. Tengo cicatrices de batalla que quizás se parezcan a las tuyas. Y no me averguenzo de ellas. Son mías y son parte de mi historia.

Soy esa mujer a la que aprendes a amar. No de la que te enamoras a primera vista o que deseas proteger, y eso está bien. Porque el día que alguien se enamore de mí, será real. 


Entienden por qué mi ambigüedad ahora? Tengo mucho qué decir sobre eso, es sólo que no quiero hacerlo. Saben cómo funciona más o menos mi proceso de debate, usen ese método y me cuentan qué tal. Yo iré a no ignorar valvulopatías, a seguir sin querer opinar y a recuperarme de ese 6,5.

Les dejo un capture de Kendall Jenner porque me da flojera cortar la imagen, pero está chévere lo que dice. No le paren a mi señal.

Buenas noches, little cookies.

domingo, 5 de abril de 2015

Es niña

Me levanto en medio de la noche con una sensación extraña, "Indigestión" pensé.

Vomito hasta la médula ósea y me quedo sentada en el piso del baño, entre mareada y desorientada. Empiezo a sudar frío y a temblar por unos minutos, entonces coloco la frente sobre mis rodillas hasta que se me pasa.

Me acuesto de nuevo en la cama y me arropo con mi colcha blanca.
No puedo dormir.

Las náuseas persisten bastante tiempo más y no me dejan dormir. Me remuevo en la cama lo suficiente para despertar a mi esposo (?), no veo su cara porque está oscuro pero me pregunta si estoy bien. Le digo que tengo indigestión, me dice que me tome algo y ambos intentamos dormir otra vez.



Paso todo el día con náuseas en la clínica y varios pacientes me llenan de vómito y sangre. Mi hermosa bata pasó de ser blanca a ser un cuadro digno de Picasso con fluidos corporales. Me voy a comer un sandwich del dispensador de sandwiches (?) y me encuentro a Yeni, me dice que su papá está en Egipto y que se va de vacaciones a Grecia. "Perra". Me como el sandwich ahí y vomito sin control. Vuelvo a explicar lo de la indigestión y me dice "Deberías hacerte una prueba".



Estoy en el laboratorio esperando en una silla muy incómoda y me doy cuenta que tengo puesta la curita que te colocan después que te hacen los exámenes. Me dirijo a la bioanalista y le digo que no me han hecho los exámenes así que no deberían colocarme eso, ella me dice que si me hicieron la prueba y que salió positiva.

"¿Qué prueba me hice?"

Salgo desconcertada y llamo a mi esposo. No atiende. Sigo por un pasillo interminable hasta lo que parece un valle y allí está mi esposo en una mesa de madera con banquitos, esperándome.

No le veo la cara porque está tapándose del sol con la mano.

Me le acerco y me abraza, me dice que ya sabe la noticia y se alegra. Sigo sin verle la cara porque me está abrazando.

En ese momento me doy cuenta que estoy embarazada, obviamente pues siempre lo supe (?) y me preocupo horrible hasta las lágrimas. Después veo una niña jugando con una cámara semiprofesional muy bonita, mi cámara. Se me pasa el susto en un segundo y voy a la tienda a comprar zapatos de bebé y tarjetas para anunciáselo a mi familia.

Me crece la panza y las náuseas no paran.

Es niña.

Paso por un centro comercial y veo un vestido de rayas parisino para bebés. Me le quedo viendo en la vitrina y el bebé patea.

Entro en pánico y me voy a mi casa. Me acuesto y me arropo otra vez con mi edredón blanco.










Y me despierto.

Oh, shit. No volveré a comer hamburguesas del cementerio de nuevo.