sábado, 19 de julio de 2014

Los demoledores


Ayúdenme aquí, porque quizá no soy lo suficientemente astuta para descifrar esto: 


¿De verdad es gratificante vivir la vida a través de los demás?


 Perdónenme, soy Sheldon Cooper en este tipo de situaciones sociales y no comprendo la necesidad que algunos tienen de cacarear sobre el estilo de vida que lleva otro que no sea de su importancia. 


¿Conlleva aunque sea un poquito de satisfacción personal hablar de las costumbres que no te pertenecen con desdeño y repugnancia porque no te parecen?


Entiendo que el chisme y los comentarios sean parte de la vida social en general, (Yo no voy a mentirles, si veo unas uñas de 5 centímetros con 2 metros de perlas tornasol encima no dudaré en comentarlo con mis amigos) y que la crítica tiene lugar en nuestras vidas, y eso está bien. Un mundo sin los raticos de chismes y chistes crueles sería un mundo lleno de hipocresía  (Y esos que dicen que nunca dicen absolutamente nada malo de nadie y se lavan las manos diciendo que nunca piensas con esa "mala intención" ES MENTIRA, vayan a confesarse pecadores) A todos no nos pueden agradar las mismas cosas y costumbres, simplemente el mundo no funciona de esa manera.


Y es que, al final de las conclusiones yo no veo mala intención alguna cuando miro a alguien con un moño estilo Geisha de los 70 empatucado con 5 kilos de gel y apretado con una prensa y se me sale una comparación con una pilita de... De chocolate, sí... Chocolate :)


Cuando no pretendes pintar la historia de alguien con colores que no posee, y no buscas humillarlo a el ni a su pasado, no te juzgo (Y sería una hipócrita al hacerlo porque como ya les dije, yo también tengo mis chistecitos crueles... 


Bastantes...


Sí, bueno... Ya sé porque no tengo muchos amigos)


En fin, ¿No crees que cuando hablas mal de alguien porque viene de cierto lugar o porque tiene algo bueno y no te parece que tenga derecho de tenerlo, es feo?


Existe una delgada línea entre "NOOOOO, EL ES BELLO!!! POR QUE ESTA CON ELLAAAAAAA!!???? TE ODIOOOOO!!" (Esa envidia la entiendo, la he sentido y sigo odiando a quien quiera que sea la novia de Ignazio, la esposa de Robert Downey Jr, la futura esposa de David Luiz y bueno... Si los rumores de Pablo son ciertos, a Ricky Martin) 


Y la parte fea y oscura de la envidia que viene con los "Yo no entiendo que hace ella viajando, si es una pueblerina insignificante..." 


YO VIAJO PORQUE PUEDO, YO ME VISTO COMO QUIERA PORQUE TENGO LA DICHA DE COMPRAR LA ROPA QUE A MI ME GUSTA Y COMO LO QUE QUIERA PORQUE EN MI CASA NUNCA HA FALTADO NADA. (Quizá por eso no rebajo Jajaja, eso es una desventaja) 


¿Quién le dio derecho, vela en entierro y voz en esta corte a los que pretenden pensar que su opinión vale una minúscula parte en mi criterio y vida? 


¿Quién es tan osado para pensar que puede decidir quién merece qué, en qué momento y por cuánto tiempo? 


¿Quién dice que venir de abajo no te da derecho a subir? 


¿Por qué debería darme vergüenza decir que no tengo carro y me tengo que calar el olor a mono en el autobús de la universidad todos los días, o que mi papá comenzó hace mucho tiempo como un obrero que no tenía nada? 


¿Por qué es motivo de vergüenza para algunos decir "Mrk no tengo plata, otro día salimos"? 


Si no tienes algo, simplemente no lo tienes y ya. Lucha por conseguirlo y si es imposible no te amargues o no te avergüences porque no pudiste... Con la situación en la que vivimos, no es de extrañarse que eso de "No chamo, ando corta de bolsillo, no me alcanza" se vuelva más recurrente... A mí me pasa, como al resto. Ya pagar un taxi a la universidad cuando voy tarde en vez de tomar el bus no es tan fácil y comer en la calle se ha vuelto un reto.


¿Y por qué me va a dar pena eso? ¿O decir de donde vengo? Quizá de donde yo sea la tiran con liguitas pero es mi hogar y no puedo hacer nada al respecto por cambiarlo.


Les hablo en primera persona aunque muchas de estas cosas no me sucedan a mi. No soy de las que viajo 3 veces al año, ni de las que recibieron un carro a los 15 años pero no me quejo.


Pero conozco a muchos afectados por este tipo de envidia. De la que muchos creen que nadie se va a enterar, pero siempre termina saliendo a la luz. 


No me quejo porque mi familia siempre ha sabido darme lo que necesito, han trabajado duro por ello y siempre lo agradeceré. Nunca han necesitado pisotear a nadie para lograr lo que han logrado y espero que nunca tengan que hacerlo.


No se conviertan en esos que necesitan destruir para sentirse bien. Que les tumban la pared a los vecinos para que las de ellos se vean más altas. Tu pared va a seguir del mismo tamaño aunque tumbes las de los demás. Mejor trabaja para que la tuya crezca, así es más bonito todo no?


P.D: A los demoledores, no crean que hablando mal uds se ven bien. El rancho está en la cabeza, no en el bolsillo.


P.D: Ya sé que les prometí dejar las posdatas galletitas, pero es que no puedooooo :( se ven como bonitas verdad? Quieranme como soy que yo los quiero aún más a uds.


Buenas tardes (no tan noches), galletitas.



domingo, 6 de julio de 2014

Guayabo estudiantil #1824

Se está volviendo algo repetitivo esto, ¿no?

But well, little cookies, en esto se ha convertido mi vida.

Mi gris, monótona y decadente vida.

(No se preocupen, sigue existiendo la cerca fuera de mi casa así que no puedo saltar al río).



Llegué a mi casa y me obligué a quedarme dormida. Me desperté mucho rato después con la mayor parte de mi cuerpo entumecida por el NO descanso y me decidí a prepararme un café.

Tomé mi taza de café, dejé enfriando un té y me recosté de nuevo en la cama, rodeada de guías y cosas por hacer... Con un mundo girando y funcionando a mi alrededor y yo sintiéndome como nunca me había percatado: Una máquina.

De esas máquinas de la era industrial, que armaban artefactos en serie, todos del mismo color, el mismo tamaño y procedimiento.

"Corta, despega, ensambla, pega, pinta... corta, despega, ensambla, pega, pinta...".

¿En esto es en lo que nos convertimos al crecer? ¿Máquinas?

¿Pasé toda mi niñez deseando ser grande para ser una máquina?

El mismo sitio todos los días, la misma rutina de "Digo que estudio pero no estudio nada porque todo me sabe a calabacín hervido", los mismos conflictos y problemas, las mismas ganas de no opinar sobre los mismos temas que salen a relucir todos los días...

"Corta, despega, ensambla, pega, pinta..."

Los mismos exámenes de temas que parecen todos iguales, donde existen unos piquitos de felicidad (Que si me hablan de placas de ateroma, valvulopatías y Ascaris Lumbricoides), pero que siguen siendo sólo eso, piquitos que vuelven a la misma rutina.

"Corta, despega, ensambla, pega, pinta..."

Todo se ve opaco y en serie, como las tostadoras puestas en fila al final de la banda de ensamblaje de una empresa. Se va perdiendo la costumbre de crear historias nuevas, y todo se ve reflejado en el momento en el que comenzamos a hablar y siguen saliendo a relucir las mismas anécdotas de hace dos años, a las que todavía nos aferramos porque realmente no hay nada nuevo de lo cual presumir, que nos de pie para reírnos.

Y nos seguimos riendo de lo mismo, porque a pesar de los elefantes en la sala de toda historia, (Todos esos temas que dejamos pasar para no discutir, los que ignoramos para no llevar a mayores y los que no tocamos porque sabemos que no podemos cambiar), el afecto no se lava con las manchas, y sigue allí... Bailando entre la opacidad de la fábrica.

Un rayito de luz no caería mal. Otra historia nueva qué contar, otros momentos para recordar... Porque, aunque siempre decidimos pensar que no nos va a suceder, hasta a las mejores fábricas les ha llegado su bancarrota.

"Nunca es mala idea quitarle el polvo a las bandas de ensamblaje, antes de que las puertas cierren y la fila de tostadoras oxidadas entre telarañas sean los únicos recuerdos que queden para el mañana".

Mientras despierto del letargo, seguiré cortando, despegando, ensamblando, pegando y pintando. Porque una loca de la asamblea que no tiene ni voz ni voto me grita desde lo lejos que lo único que necesito son unas buenas vacaciones.

Buenas noches, galletitas.