martes, 15 de octubre de 2013

Amistad de comillas

Esas palabras, ese "apoyo incondicional", ese "tu y yo contra el mundo"... Esos lazos de "amistad" que aparecen como un relámpago, y se va igual de rápido.

Mi uso excesivo de comillas no viene por error, ya que todas esas suposiciones que hacemos en ese momento de debilidad, cuando bajamos la guardia y le damos confianza a alguien son dignas de las comillas... Esas que indican "Es algo que se dijo, pero no necesariamente real".

Por eso me parece acertadísimo llamar a este tipo de amistades "Amistades de comillas". Esas donde mucho se dice al principio pero no necesariamente es verdad (Casi siempre es un desliz de momento, donde necesitar un amigo nos hace decir lo que sea, y solemos ver al primero que se nos atraviese como un héroe).

No suele pasar en mi caso, pero desgraciadamente más de una vez he sido la "Héroe - no héroe" que se sienta a escuchar porque le gusta que la escuchen (Aunque lo segundo pase menos de lo que quisiera).

Como pagar un psicólogo es imposible, nos quedamos con los cercanos para desahogar. El problema viene cuando los beneficios te esquivan a ti y se van directico al punto b, al otro.

Te llama para hablar pero está ocupado para ti, nunca una conversación llega al final porque siempre el menos interesado la deja cortadísima al no contestar... Tantas razones como esta, pero todas con una misma razón: Realmente no le importa.

Y nada de esto está mal porque el mundo no tendría sentido si todos fuésemos mejores amigos. El hecho está en reconocer estas situaciones y no dejar a los sentimientos surgir... Porque ahí si te jodiste.

Mi abandono al blog no es a próposito, y crean que cuando termine mi proyecto entenderán el por qué. Los dejo entre pensamientos y razones.

Gnight, cookies y no se dejen joder con comillas.